CRECIENDO JUNTOS.
Desde la primera edición del festival, los niños y adolescentes de La Puebla de Montalbán nos exigieron su espacio creativo, ellos han ido creciendo mientras pasaban el verano ensayando en las cuevas o en La España de Rojas y en la representación de La Celestina. Su entusiasmo marca el festival cada año y fortalece la certeza de la continuidad en este proyecto, año tras año les vemos pasar de la cueva de los peques a la de los adolescentes y como es el caso de este año, niños que empezaron en Martinito ahora interpretan a Sosia o ejecutan a Pármeno y Sempronio en el linchamiento, alguno despunta ya como futuro Calixto y la pequeña que hace unos años hacía de espíritu niña en Rufianes este año dará vida al personaje de Melibea. Reflexionando sobre esto, nos damos cuenta de que el Festival Celestina no es sólo una fiesta de teatro, música y danza, lo más importante y trascendente del festival es el espacio de convivencia que hemos creado entre todos a través de la cultura; profesionales del arte, actores aficionados o mejor dicho, "apasionados del teatro", los vecinos de La Puebla de Montalbán, los que ya en Mayo preguntan por el festival, los forasteros que llaman al museo en primavera para pedir información....
Y es que el arte es una experiencia capaz de despertar en el ser humano esta energía constructiva, recordándonos que por encima y más allá de la dureza cotidiana, la naturaleza humana esta llena de belleza y poesía.
Varias generaciones han pasado por las cuevas.
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